Equilibrio emocional, la clave del tenis moderno


Solo en el primer trimestre de 2022, el tenis de primer nivel vivió al menos tres episodios que pusieron de nuevo en el ojo del huracán la presión que se vive en este deporte: Daniil Medvedev llamó imbécil a un juez de silla en el Australian Open, Naomi Osaka explotó en lágrimas en Indian Wells tras escuchar el insulto de un aficionado y Ashleigh Barty, número 1 del mundo, anunció su retiro de manera intempestiva argumentando que “me di cuenta que ya no tenía esa fuerza física ni emocional que demanda estar en el nivel más alto”.

 

El tenis se ha convertido en una plataforma en la que cada vez más de sus miembros caen en crisis emocionales antes de los 30 años. Aunque algunos como las propias Osaka y Barty han revelado que ingresaron a terapia para intentar superar estas situaciones, en otros puntos de su carrera recayeron en la frustración, replanteando el cuestionamiento sobre qué tan importante es el acompañamiento de especialistas de salud mental en este deporte.

 

“De ahora en adelante, el tenis moderno de alto rendimiento tiene que enfrentarse con un cuerpo de entrenadores y un psicólogo que tiene que estar ayudando a los jugadores a mantenerse equilibrados. Lo primero es que el tenista tenga claros sus objetivos, mantenerse lo más equilibrado posible desde un punto de vista emocional y ser moralmente indestructible, que todo lo que hay en el ambiente no lo afecte y eso, la mayor parte de las veces, el deportista no lo puede lograr solo, necesita especialistas que lo ayuden”, señala Fernando Ochoa, entrenador de tenis con más de 38 años de experiencia y Doctor en Ciencias del Ejercicio por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

 

Existen casos de tenistas que empiezan su trayectoria desde los cuatro años y a los 15 o 16 ya forman parte de circuitos profesionales de la ATP y WTA; los más sobresalientes llegan a colocarse en altos puestos del ranking mundial antes de los 20, como ocurre en la actualidad con el español Carlos Alcaraz (noveno del mundo con 18 años) y otros ascienden diametralmente en cuestión de días, como pasó con Emma Raducanu al ganar un Grand Slam (US Open 2021, también con 18 años).

 

Este contexto les brinda reconocimiento y oportunidades comerciales, lo que a su vez genera mejores ingresos. Sin embargo, si no existe una adecuada preparación emocional, se puede convertir en una situación insostenible desde edades tempranas.

 

“Hay algo para lo que el ser humano nunca está preparado: para tener éxito y más porque vivimos en una cultura en la que al que le empieza a ir bien es criticado. Esta parte es un trabajo tremendo, porque de la noche a la mañana los tenistas empiezan a ganar cantidades estratosféricas en las que si no tienen la cultura y trabajo para tomarlo con naturalidad empiezan a perder el piso, a vivir respecto al entorno y se olvidan de que son seres humanos, empiezan a vivir conforme a lo que los demás les exigen. En este proceso, por tanto vivir en el entorno, se olvidan de ellos mismos y esto les genera un problema de identidad porque se cuestionan quiénes son y conforme avanza el proceso van pensando que su deporte es lo que los define, se olvidan de que ellos son importantes por ser personas, no por ser tenistas. Se envuelven en un personaje y se olvidan de su persona”, analiza Jonathan Flores, Maestro en Psicología Deportiva y Doctor en Bioética con más de 13 años de experiencia en el deporte de alto rendimiento.

 

De acuerdo con ambos especialistas, la presión en el tenis comienza desde la infancia, cuando los padres de familia empiezan a generar expectativas y quieren que sus hijos siempre ganen; conforme van avanzando, en algunos casos recae la responsabilidad de ser la nueva cara del tenis de todo un país. Ya al llegar a un nivel profesional también son factores de peso la prensa, los patrocinadores y el ranking que imponen tanto la ATP como la WTA, que obligan a los jugadores a mantenerse en la constante presión de ganar para ascender y recibir más ingresos.

 

—¿A qué edad es recomendable empezar a trabajar la psicología en el tenis?

 

—“En primeras etapas trabajamos la estructura desde los 10 años, la edad ideal para los fundamentos, donde al chico hay que enseñarle que a veces va a ganar y otras no. Vivimos una generación de padres que quieren darle a sus hijos todo lo que no tuvieron y por eso los privan de que tengan que trabajar para obtener las cosas. Entran en un tema de querer es poder pero se olvidan que puedes querer pero si no estás preparado no vas a obtener nada y el tenis es un deporte que evidencia mucho si estás en condiciones óptimas o no. A muy temprana edad trabajamos el que empiecen a tener responsabilidades en casa, el cuidado de su propia alimentación, horas de sueño y así formar una estructura de orden y disciplina”, responde el Doctor Jonathan Flores.

 

El entrenador Fernando Ochoa, quien tuvo a su cargo a la figura mexicana Santiago González, indica que hay cuatro etapas en la formación de los tenistas: la iniciación, el desarrollo técnico, el perfeccionamiento y el acompañamiento de un psicólogo deportivo. “Es imposible que un tenista ahorita con las características que tiene el deporte en general pueda sobrellevar todo lo que implica ser una estrella del tenis en el mundo solo. No se puede. La preparación psicológica es la cuarta pata de una mesa. El psicólogo deportivo tiene que ser parte del grupo multidisciplinario de una estrella o futura estrella del tenis”.

 

No obstante, ambos insisten en que el entorno es fundamental para la estabilidad emocional de los tenistas, pues ante un presente en el que cada vez hay más interacción en redes sociales y crítica por parte de los medios de comunicación, las bases de valores de las familias y cuerpos técnicos se convierten en su fortaleza.

 

“La clave para cualquier deporte es el entorno. En el tenis, el mejor ejemplo es Rafael Nadal, que ha tenido su mismo grupo de trabajo desde que tenía 13 años, esto es clave, tener a las personas adecuadas alrededor de tu vida, que te vayan cuidando el proceso, empezando porque los padres tengan una buena educación y no se quieran proyectar queriendo que el hijo cumpla lo que ellos no hicieron. Esto nos lleva a la reflexión que siempre ha comentado Nadal: tomar las cosas con naturalidad, ni grandes celebraciones en las victorias ni grandes decepciones en las derrotas, llevar un equilibrio y seguir trabajando”, destaca el psicólogo deportivo.

 

Con referencia a los casos de Naomi Osaka, que después de tomarse una pausa el año pasado para favorecer su salud mental sigue atravesando algunas crisis, o Ashleigh Barty, quien de plano prefirió retirarse a los 25 años, la psicología propone a los tenistas que evalúen si realmente desean continuar en ese camino o abrirse a nuevos horizontes.

“Definitivamente, así como le invierten al entrenamiento físico, de ese mismo tamaño tiene que ser su inversión en preparación mental, con técnicas de relajación, visualización, meditación, de tener su propio espacio, que ellos sean dueños de su tiempo y tengan la libertad de decir ahora quiero hacer algo más, tener ese amor propio y no dejar que el sistema te lleve hacia donde ellos quieren. Si al levantarse ya les empieza a costar este proceso de despertarte, ir a entrenar y dar lo mejor de ellos día con día, creo que ya no es por ahí”, finaliza el Doctor Flores.

 

Fuente: https://www.eleconomista.com.mx/deportes/Equilibrio-emocional-la-clave-del-tenis-moderno-20220426-0119.html

 

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